Es, sin dudas, el
nombre de mujer más conocido y utilizado en la iglesia. La acompaña
prácticamente desde su inicio. No como bondadosa dama, ayuda idónea o servicial
mujer, sino como franco espíritu del cual trataremos de aportar mayor información,
con el fin de evitar que muchos vuelvan a equivocarse como ya lo han hecho
tantos, causando los inconvenientes que todos conocemos.
(Gálatas 6:
10)= Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a
los de la familia de la fe.
¿Nunca se le ocurrió
preguntarse por qué Pablo utilizó este término, (Familia de la Fe), para
referirse a los creyentes nucleados allí? Es sencillo. Porque Pablo sabía que
la familia, como núcleo comunitario, es un prototipo en escala de la Iglesia.
Las familias, están
entrelazadas por personas con algo en común: un lazo de sangre por ejemplo. De
igual modo, las congregaciones, están conformadas por personas entrelazadas por
un denominador común: la sangre de Cristo. De allí que tanto las congregaciones
como las familias contengan a personas con fallas muy reales. Los desajustes
que se producen en las familias, también ocurren dentro del cuerpo de Cristo.
Incontables
congregaciones en todo el mundo se tambalean bajo el peso de los que en ellas
están heridos. Estas congregaciones, generalmente controladas por unos pocos,
se parecen a un campo desierto cubierto de cuerpos espirituales muertos,
desparramados en los terrenos del disenso y la manipulación, que es hechicería.
Si no existe una autoridad fuerte allí, una sola persona puede dejar a una
congregación entera sin defensas. ¡Aún en las que se precian de estar llenas
del Espíritu Santo! Las “bajas” crecen a medida que las personas desilusionadas
en su fe, encuentran que el mensaje no tiene poder; y su testimonio, tampoco.
El espíritu de
Jezabel, -y ahora le voy a enseñar por qué-, es atraído principalmente por
personalidades proféticas. Suele mostrarse con mayor frecuencia en el género
femenino, aunque no hay que descartar que este espíritu también influya en
hombres.
Este es un espíritu
tóxico para la iglesia y muy difícil de detectar en las primeras etapas. Puede
esconderse en personas ungidas, dotadas, amistosas, trabajadoras, que parecen
ser una respuesta a la oración. Inicialmente, cuando una persona así aparece en
una congregación, la gente suele entusiasmarse, porque parecen tener un
altísimo potencial para el ministerio. Pero cuando se le quita la fachada, el
barniz, la capa superficial, debajo de eso aparece la rebelión, la acusación,
la manipulación, las ansias de control, la mentira, la ira, la arrogancia, la “súper
espiritualidad”, el chisme, las críticas, los celos, la astucia, la maña y la
falsa preocupación. Todo esto, lo sabemos, son ingredientes vitales para un
demonio de hechicería, que es en definitiva lo que mueve a cualquier Jezabel
activa.
TIÁTIRA
(Apocalipsis
2: 20-23)= Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer
Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y
comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí yo la arrojo
en la cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se
arrepienten de las obras de ella.
A primera vista,
puede parecer que no existe un equivalente actual para la Jezabel de
Apocalipsis 2, pero muchos miembros de iglesias, incluyendo a muchos pastores,
han sucumbido ante el espíritu tentador de Jezabel. Atraídos por el engaño del
adulterio y la fornicación, sacrificando la santidad ante el ídolo de la
inmoralidad sexual, han entrado en un período de gran tribulación. Hogares y
congregaciones enteras han sido destruidos, y muchos hijos, tanto físicos como
espirituales, han sufrido cierta forma de muerte.
En el libro del
Apocalipsis, el Espíritu Santo habló por medio del apóstol Juan a las siete
iglesias de la provincia romana en Asia. Una de las iglesias, ubicada en
Tiatira, estaba luchando con un espíritu de Jezabel. En el Antiguo Pacto,
Jezabel era una mujer que vivía y respiraba; pero en el Nuevo Pacto es un
espíritu. De la misma manera que Babilonia en el Antiguo Testamento era un
lugar geográfico y físico definido, en el Nuevo Testamento, Babilonia es un
espíritu que hoy inunda nuestras congregaciones desparramando confusión,
materialismo, humanismo, corrupción y religiosidad ritual. Tenemos que aprender
a leer la Biblia. Muchas veces, lo que es definido, específico, singular y
local en el Antiguo Testamento, es comunitario, ilimitado y espiritual en el
Nuevo. Esto es muy importante saberlo, ya que al tratar con Jezabel, se está
tratando con un espíritu y no con un ser de carne y hueso.
Dios dijo que somos
su imagen y semejanza. Pero resulta que como a Dios nadie le vio jamás, nadie
sabe qué aspecto tiene. La única pista que tenemos, es que Dios es Espíritu, de
lo que deducimos que nosotros también somos un espíritu. Ahora, como los
espíritus no son materia y por lo tanto necesitan un cuerpo para hacerse
visibles, el Espíritu Santo va a utilizar el nuestro para derramar bendición
hasta que sobreabunde. Pero también los espíritus malignos harán lo propio con
todos aquellos que se abran a su ingreso mediante el pecado, la desobediencia y
la blasfemia. La señora N.N. puede ser una buena mujer, pero si por alguna
causa le dio entrada al espíritu de Jezabel, la señora N.N. puede llegar a ser
una catástrofe para la iglesia donde se congrega.
Vemos, en el primer
libro de los Reyes, en el capítulo 16, que Acab rey de Israel, tomó a Jezabel
para ser su esposa. Jezabel no era de Israel, era hija del rey de Sidón. Algo
peor todavía: era una adoradora de Baal, muy devota y proselitista. Acab, que
era un rey de carácter muy débil, comenzó también a adorar a Baal, renegando de
sus creencias, sólo por complacer a su mujer. Los dos juntos, llevaron al
pueblo de Israel al pecado de la adoración de ídolos. Dios, en su ira, levantó
a Elías para llamar a Israel al arrepentimiento y trajo el hambre a la tierra.
Luego, ya en el
capítulo 18, vemos que Jezabel hizo matar a los profetas de Dios. Usurpó una
autoridad que Dios no le había dado y mató a personas que Dios había levantado
para ser sus voceros ungidos. En cambio, Jezabel lo reemplazó por los profetas
de Baal. En respuesta a su maldad, Dios envió a Elías a confrontar con los
poderes de Baal en una demostración de fuerzas delante del pueblo de Israel.
Con los profetas de Baal de un lado de la montaña y Elías en el otro, Dios
demostró a los hijos de Israel que el Dios de Elías era el verdadero Dios.
Mientras el fuego del cielo devoraba el altar que Elías había construido, el
pueblo se postró sobre sus rostros, diciendo: ¡Jehová es el Dios! Elías le
ordenó a los que observaban el enfrentamiento que mataran a los profetas de
Baal, y el pueblo lo hizo sin dudar. En veinticuatro horas, la hambruna había
terminado y el avivamiento se extendía por Israel.
Cuando Acab informó
a Jezabel lo que Dios había hecho por medio de Elías, ella envió un mensaje a
su adversario: 1 Reyes 19:2, dice: Así me hagan los dioses, y aún me
añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de
ellos. Sin que la tremenda demostración de poder realizada por el Dios de
Israel hubiera hecho mella en su obstinación, Jezabel se dedicó a perseguir al
profeta ungido por Jehová. Creo que ya en estas instancias, usted estará
pensando inevitablemente en paralelos contemporáneos que alguna vez le habrá
tocado ver.
Ahora permítame
usted un instante. Pregunto: ¿Adónde estaba Acab a todo esto? ¿Quién era el rey
de Israel? Porque no era Jezabel, era Acab. Sin embargo, no lo parecía así, en
absoluto. Porque era Jezabel, evidentemente, la que manejaba la situación.
Operaba detrás de bambalinas moviendo a su antojo a su débil esposo, utilizando
la manipulación, la intimidación, la seducción y la dominación para afirmar su
gobierno ilegítimo por medio de la hechicería. Entonces; ¿Quizás esta mujer era
una bruja? ¡No! ¡Era la esposa del rey! ¡Era la mujer del líder! Por eso
Jezabel es tan peligrosa. Ella ansía tener todo el control, y usará todos los
medios de que disponga para lograr sus fines.
Otra: en el primer
libro de los Reyes, capítulo 21, Acab ve una pequeña viña en Jezreel que,
piensa, se vería muy hermosa como parte de sus extraordinarios jardines reales.
Pero, lamentablemente, su dueño, Nabot, se niega a vendérsela. ¿Qué se supone
que hizo Jezabel entonces? Hizo que los ancianos y los nobles de Jezreel
pusieran una trampa a Nabot por el delito de blasfemar a Dios. Ahora mírelo desde
este modo más moderno: Acab, un prestigioso ministerio al que sólo le va
quedando su fastuosidad porque frutos no muestra, quiere apropiarse –dinero
mediante- de Nabot, un ministerio pequeño y anónimo, pero que produce mucho
fruto porque difunde y practica un evangelio puro y sin religiosidad. No lo
puede hacer porque Nabot no acepta ni la componenda ni la mentira. Entonces
aparece Jezabel, un espíritu poseedor de un colaborador muy cercano, que
levanta una calumnia: el ministerio Nabot, es herejía. La gente, que no
necesariamente evidencia conocimiento agudo y preciso, piensa que sí, que puede
ser y, ¿Cómo termina la historia? Nabot es apedreado hasta morir para que
Jezabel pudiera, finalmente, salirse con la suya y adquirir ese jardín
(ministerio) para su marido.
Lo peor de todo es
que los líderes de Israel, (Que es la iglesia) estuvieron de acuerdo con las
directivas de Jezabel. ¿Por qué? Porque le tenían miedo, como también se lo
tenía, en la historia bíblica, Elías. Las personas miraban a Jezabel (Y hoy
sigue siendo igual) y decían: “Esta es la clase de personas con las que no
quiero meterme en problemas”. La ironía es que Jezabel hizo tender una trampa
contra Nabot por, -según dijo- hablar en contra del Dios de Israel mientras, al
mismo tiempo, ella trataba de llevar al pueblo a adorar a Baal. Jezabel puede
ser directa y manipuladora al mismo tiempo.
En no pocas
congregaciones se está luchando hoy contra ese mismo espíritu. Muchas veces, el
hombre que está en el púlpito no es el que está a cargo de todo. Alguna persona
de su entorno más cercano puede ser quien, posiblemente, esté gobernando la
congregación por medio de la manipulación. Que es como decir: de la Hechicería.
Las denominaciones
pueden utilizar también a la hechicería diciendo o intimidando con expresiones
tales como: “Si ustedes no creen y dicen todo lo que les decimos... Si dejan
que esa persona hable... Los expulsaremos de nuestra denominación y les
quitaremos la afiliación...” Eso no es otra cosa que control por medio de
la intimidación.
En hebreo, Jezabel
significa tanto “Baal es esposo” como “Incapacidad para cohabitar”. Jezabel se
niega a compartir con nadie porque está aliada con Baal, un señor falso. Ella
es la que lleva los pantalones: ella dirige, controla, gobierna. No comparte
nada con nadie. En el ejemplo de la iglesia de Tiatira, era Jezabel la que
sostenía (No la gente de la iglesia) que ella era profetisa.
(Apocalipsis
2: 20)= Pero tengo unos pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer
Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar
y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
La fornicación a la
que ella seduce a los fieles en Cristo, puede ser literal (Esto es: sexual) o
espiritual. Las personas de la iglesia de Tiatira eran seducidas por su persona,
o temían a su personalidad manipuladora, o ambas cosas.
Así que... ¿Cuáles
son, entonces, los planes globales de Jezabel? Tres fundamentales, tome nota:
Falsa religión, falsa doctrina y, sobre todo, socavar la autoridad genuina.
Donde se encuentra una Jezabel muy posiblemente se hallarán hombres débiles,
que le tienen miedo a otros hombres, que buscan complacer a la gente. Ella
busca a los que comandan, para quitarles su poder, su utilidad y hasta su vida
espiritual.
Utilizando cualquier
medio que sea viable o necesario, engaña a las personas para alejarlas de una
vida espiritual legítima, y los “encanta” para hacerlos entrar en su esfera de
influencia. Las herramientas que utiliza pueden ser: desde la falsa profecía,
pasando por la melosa adulación y terminando hasta con el sexo. Ella defiende
ferozmente a su pequeño reino y fomenta una dependencia extremada a sus
seguidores. Sus grupos son, realmente, reuniones de brujas, pero naturalmente
el espíritu de Jezabel jamás revelaría eso abiertamente, por lo que muchas
veces se les llama “Estudios bíblicos hogareños”.
Por sobre todo, la
persona que exhibe un espíritu de Jezabel resiste a una autoridad masculina
firme. Muchas veces su repulsión proviene de una relación disfuncional con su
padre carnal. El padre, quizás, haya estado ausente, o haya abusado física o
sexualmente de ella. Aunque esto no lo justifica, quizás explica por qué guarda
tanto resentimiento.
Acusada por la
indefensión que ha sufrido en su pasado, ella lucha por controlar a quienes la
rodean. Su grupo de estudio bíblico se convierte en una plataforma para socavar
el liderazgo de su iglesia. Hasta sus oraciones parecen resonar con el
resentimiento que anida en su interior hacia los que gobiernan: está cometiendo
lo que jurídicamente se denomina como SEDICION. Está socavando una autoridad
delegada y constituida por Dios –cuando es así, obviamente- con la intención de
derrocarla, no de ayudarla o respaldarla. Se puede, incluso, utilizar otra
palabra mucho más concreta para definirla: TRAICION.
A nivel de nación, a
nivel de funcionamiento político o de gobierno, este delito puede castigarse
muy duramente. En algunos países, incluso con la muerte. Las personas que
cometen sedición, jamás van a ir de frente a un líder a decirle: “¡Hola! ¿Cómo
le va? ¡Vengo a destruir su autoridad!” No se asombre: Satanás tampoco les hace
señas a los creyentes para mostrarles adónde está, y mucho menos sobre lo que
planea hacer. En el texto de Gálatas 5:20, donde se habla de las obras de la
carne, se incluye a esta sedición, también llamada DISENSION. Por lo tanto, las
personas que participan de este pecado, dice, no heredarán el reino de Dios.
El sutil ataque que
se infiltra en la iglesia por medio de la sedición ha causado muchas
divisiones. Ha destruido relaciones fraternales, ha creado disensión y ha
influido, con gran incentivación emocional, a la peor lucha de todas las luchas
en las que puede enfrascarse un creyente: la lucha interna eclesiástica, que
naturalmente, no tiene absolutamente nada que ver con lo que Dios planificó que
debía ser su iglesia. Cualquier intento de socavar la autoridad de alguien
levantado por Dios, es sedición. Porque si esa autoridad fuera un intruso no
ungido, que los hay, a su autoridad nominal habrá de destruirla el Señor, ya que
así lo dice la palabra cuando puntualiza: Yo pagaré. Nadie de nosotros ha
sido llamado para eso. Sí, en cambio, para proclamar el evangelio real, sin
fisuras ni posiciones acomodaticias sectoriales o denominacionales.
Jezabel es experta
en socavar la autoridad de los líderes, independientemente de la realidad
espiritual o no de esos liderazgos.
Jezabel lleva a los
líderes ungidos por Dios al desánimo, la desesperación, al suicidio o a la
depresión, como sucedió con el profeta Elías. Después que Elías pidiera fuego
del cielo y ordenara a los israelitas que mataran a todos los falsos profetas
de Baal, Jezabel decidió perseguirlo. Este profeta, ungido por Dios, corriendo
para salvar su vida, llegó a rogar a Dios: “Señor, mátame. Soy el único que
queda; mátame”. Muchos líderes enfrentan terribles períodos de soledad y
desánimo durante los cuales desesperan y creen no ser capaces de seguir
viviendo. Quizás nunca compartan lo que sienten, ni siquiera con sus esposas o
sus amigos más cercanos. Sin que ellos lo sepan, quizás enfrentándose a un
poderoso espíritu de Jezabel que desee controlar y dominar.
Antes de venir por
las ovejas, Satanás viene por el pastor. Que no se trata, necesariamente, del
nominal, del ordenado, del que conduce la congregación. Usted sabe que los
hombres fueron los que armaron esta estructura de esta manera y que así está
funcionando. Pero cuando la Palabra dice Pastor, dice POIMANO, y Poimano
significa: “El que guía, el que apacienta, el que protege” y esto, todos lo
sabemos, incluye a un grupo de personas mucho más amplio que aquellos que hoy
detentan la máxima autoridad institucional eclesiástica. Zacarías 13:7,
dice: Heriré al pastor, y serán dispersadas las ovejas. Los líderes
soportan el impacto del ataque de Satanás antes que las ovejas, que el resto
del cuerpo. Porque si los líderes llegaran a caer, las ovejas se dispersarán.
¿Habrá sucedido esto en algún lugar que usted conozca o no? Bien; eso es
exactamente lo que Satanás desea. Él prefiere, -si puede-, tomar a un líder
antes que a mil ovejas. Por eso Pablo amonestaba a la iglesia para que orase a
fervientemente y con regularidad por los que están en autoridad.
(1 Timoteo 2:
1-2)= Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y
acciones de gracias, por los reyes y por todos los que están en eminencia, para
que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Es decir que queda
muy claro, sea como fuere, que todos aquellos que están en eminencia o
autoridad están bajo ataque debido a la naturaleza de la posición que ellos
tienen.
Tanto Satanás como
Jezabel producen congregaciones divididas, matrimonios destrozados y vidas
destruidas. No debemos echar fuera de nuestras igle3sias a estas víctimas; en
cambio, debemos ir a buscarlas y traerlas de regreso al reino de Dios. Un
hombre así puede ser rescatado, liberado y salvado antes de que incurra en la
ira de Dios. Pero mientras está bajo el control de Jezabel, no sabe que puede
ser redimido, por lo que se desespera y hace necedades. Y lo peor de todo es
que el resto del cuerpo lo juzga sin conocer los detalles y, si se ofrece, lo
ejecuta.
La mayoría de las
veces, la persona que tiene un espíritu de Jezabel viene de una familia
disfuncional, es decir: de familias con graves problemas en su seno. Porque
Jezabel se alimenta de los problemas familiares. Generalmente, en la historia
de esas familias puede encontrarse alcoholismo, abuso, enfermedades mentales,
dominación por parte de uno de los progenitores, o alguna otra forma de
disfunción. Es común que Jezabel practique alguna clase de inmoralidad o
perversión sexual. Dado a que ella viene con traumas y marcas profundas,
(Estamos hablando de alguien que, obviamente, no está redimido por la sangre de
Jesús) las personas que también padecen los mismos antecedentes, se ven
atraídos por ella. Pero por debajo de esa sórdida máscara, hay una persona
profundamente herida y lastimada.
Cuando se la
confronta, Jezabel se vuelve defensiva y reacciona con hostilidad. Ataca con
acusaciones religiosas destinadas a producir culpa. ¡De la misma manera en que
lo hace Satanás! Que no oramos lo suficiente, que estamos en rebeldía, que no
nos sujetamos. Esa es una de las técnicas de la estrategia satánica: la culpa.
La otra es inspirar lástima al mismo tiempo que vuelve a producir culpa. ¿Cómo
puedes hacerme esto? (Que naturalmente, es desoír sus “consejos” o influencias)
¡Yo te amo! ¡Te he dado mi vida! Y así, en forma agresiva, donde no se necesita
demasiado discernimiento para detectar total falta de amor, intimida, cita las
Escrituras, (No se olvide usted que, pese a no tener revelación porque no tiene
al Espíritu Santo como guía a toda verdad, el diablo conoce muy bien los textos
de la Biblia) y trata de hacer que quienes se le enfrentan se sientan
inferiores. Además tiene una gran habilidad para lograr, con sus palabras, que
las personas que la confrontan por sus actividades sediciosas abandonen la
tarea, pero al alejarse de ellas sienten que algo está mal, porque saben que
han sido usadas. Y recuerde que la menciono como mujer porque el espíritu es
Jezabel, femenino, pero tranquilamente puede operar a través de hombres también.
Otra característica
del espíritu de Jezabel es ser lo que vulgarmente llamamos “chusma” o
“chismosa”. Tiene que estar enterada de todo lo que sucede en la iglesia.
¿Conoce usted a alguien que sea así? Es que Jezabel es muy entrometida y le
encanta manejar información. Dado a que quiere saberlo todo de todos, (Su
ministerio, su matrimonio, sus hijos, su trabajo, sus problemas) suele
involucrarse en los asuntos de la iglesia que en realidad no le incumben.
Algunas veces puede
ser muy difícil detectar el espíritu de Jezabel obrando en alguna iglesia.
Porque puede esconderse, camuflarse, mimetizarse detrás de una fachada de
interés por el prójimo, de cuidado, de preocupación por ser útil, de
intercesión, de apoyo o muchas otras características positivas. No se olvide
que Jezabel es una maestra en el arte de disfrazar sus tácticas.
Ninguno de nosotros
puede ignorar, a esta altura de nuestra madurez espiritual, que los chismes son
una de las mayores amenazas para la vida espiritual de cualquier iglesia. Es
allí cuando los pecados y las fallas de muchos miembros de la iglesia se
convierten en temas públicos en las reuniones de oración, con la excusa de orar
por alguna determinada persona, que mire en el problema que se ha metido, y
cosas por el estilo.
De algo no podemos
tener dudas sobre la base de muchas experiencias vividas con relación a este
nefasto espíritu. Jezabel, con sus malvadas tácticas y tenebrosos planes, va a
tener un efecto venenoso sobre la iglesia si no se trata con ella rápidamente y
a fondo. Hay dos métodos muy claros y precisos para tratar con ella que
cortarán su influencia y la expulsarán de en medio de la congregación.
El primero, es
confrontarla de una manera directa, utilizando una fuerte autoridad espiritual,
no nominal o institucional, con eso no alcanza; espiritual, para poder
desembarazarnos a nosotros mismos y a la iglesia, de su influencia.
No podemos sentarnos
tranquilamente a mirar como Jezabel actúa en nuestras congregaciones y en las
vidas de nuestros amigos y compañeros de fe, deseando simplemente que ella se
vaya. Su intención es socavar la autoridad espiritual que Dios ha dado a los
líderes que Él ha levantado sobre la iglesia, y no se detendrá ante nada para
conseguir su objetivo. Póngase firme, confróntela con su pecado, quítele el
poder con la autoridad que Dios le ha dado, y detenga su influencia en medio de
la iglesia.
El segundo método es
vivir en sumisión a Dios, y enseñe a aquellos que están bajo su autoridad
espiritual a vivir también en sumisión a Él.
La sumisión es la
solución para la sedición. Cuando una mujer está sometida a su esposo, las
tácticas de Jezabel no pueden afectar a ese matrimonio. Cuando un hombre está
sometido a los líderes reales y genuinos de la iglesia, no socavará esa
autoridad con palabras y comportamientos sediciosos. Cuando un cuerpo de
creyente está sometido a sus líderes genuinos, esa iglesia crece, madura y se
desarrolla hasta ser un haz de luz en el mundo oscuro y pecaminoso que la
rodea. Naturalmente que estamos hablando de congregaciones cuya cabeza es
Cristo y donde el poder que se mueve es el del Espíritu Santo y con líderes
levantados por el Señor y no por juntas, convenciones, asociaciones o concilios
humanos.
Hay que señalar,
porque no hacerlo sería cometer un grave error, que como cualquier otro cartel,
el término “Jezabel” es muy fácil de colocar a muchas situaciones o a diversas
personas, pero no tan fácil de sacar. En un libro de su autoría, el autor Mike
Bickle insta a quienes están en autoridad a no poner a alguien el rótulo de
Jezabel con ligereza. “Hay demasiadas mujeres, -dice-, que han sido rotuladas
como Jezabel sólo porque han chocado con un hombre que tiene una personalidad
controladora”. Lamentablemente, muchos de nosotros reaccionamos ante otras de
determinadas formas debido a nuestras propias inseguridades. Cuando lo hacemos,
no tardan en caer las víctimas.
Ahora vamos por
partes: antes de decidir cómo responder, es imperativo que usted pase tiempo en
la presencia de Dios. La oración es la clave. Sin valentía, sabiduría y
discernimiento, está destinado al fracaso. En Mateo 17:21, Jesús habla de
cierto género de espíritus que “No salen sino con oración y ayuno”. Muchas
veces hay creyentes llenos del Espíritu Santo que se apresuran a pisotear
lugares donde los ángeles temen entrar en puntas de pie. Confrontamos a la
persona antes que la batalla se haya librado en los lugares celestiales, lo
cual produce una situación confusa que lentamente arrastra a toda una
congregación a la lucha. Ate y desate en el ámbito espiritual antes de atar y
desatar en lo natural.
Interceda por la
persona que usted cree que está bajo la influencia de un espíritu de Jezabel.
Interceda también por quienes están en el liderazgo. Sobre todo, asegúrese que
está tratando verdaderamente con un espíritu demoníaco. Tirar acusaciones de
endemoniados sin pensarlo bien antes y sin orar, puede causar un daño emocional
en los miembros del cuerpo de Cristo. Recuerde, el final, en una situación
confusa como esta, puede llegar a involucrar a personas que ni siquiera
tuvieron un contacto directo al principio. Más que nada, ore pidiendo sabiduría
para tratar con esta situación para redimirla. La meta es la restauración y la
reconciliación, no la exclusión y la expulsión.
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